Adrián proviene de una familia de herreros y aprendió el oficio de herrero desde muy pequeño. Posteriormente estudió ciencias naturales y se doctoró en física. Para poder combinar su pasión y su profesión, comenzó a martillar chapa de acero en 2017. Su sueño: convertirse en handpanista. Un sueño que había comenzado una década antes, cuando escuchó un handpan por primera vez en la calle. Dos años y mucho esfuerzo después, logró construir sus primeros handpans de alta calidad. Desde entonces, no ha parado de mejorar sus métodos y procesos. Hoy, Adrián ama su trabajo y el contacto que tiene con otros handpanistas, músicos, clientes, distribuidores y otras personas en torno a este fantástico instrumento.